La lucha de Mundiya Kepanga contra la deforestación ha dado frutos. El líder del pueblo Huli, en los bosques de Papúa Nueva Guinea, celebra que el Gobierno quiera convertir al país en un modelo global de gestión forestal sostenible.
Mundiya Kepanga nació en la selva de Papúa Nueva Guinea y se ha convertido en un defensor reconocido internacionalmente de los bosques primarios de su país. También el Gobierno ha comprendido la importancia vital de los bosques para la nación insular y ha puesto en marcha varios proyectos para su protección. Mundiya Kepanga emprende un viaje para conocerlos.
En su propia región, recibe a científicos encargados de realizar un inventario completo de la biodiversidad de los bosques del país. Luego explora los diversos ecosistemas de Papúa Nueva Guinea: tras visitar una de las pocas plantaciones forestales de Papúa Nueva Guinea, descubre soluciones desarrolladas en el corazón de los bosques primarios para protegerlos mejor, como el cultivo de vainilla en explotaciones agrícolas de baja altitud. También conoce distintos programas de conservación y monitoreo de la biodiversidad, diseñados para combatir el comercio ilegal.
Al final de su viaje, Mundiya Kepanga comparte sus nuevos conocimientos con su comunidad, motivando a las personas a adoptar alternativas a la deforestación y contribuir a esta revolución verde.
Recientes investigaciones demuestran que se ha subestimado la inteligencia de los insectos. Los abejorros, por ejemplo, superan pruebas de comportamiento que pasan incluso los cuervos. Son capaces incluso de valerse de herramientas.
La bióloga conductual Elizabeth Tibbetts no deja nunca de sorprenderse de lo mucho que aprenden y comprenden los vespinos. "Quizás no sean genios universales como los artistas, pero son brillantes en sus campos", afirma esta investigadora de la Universidad de Michigan. Estos animales pueden recordar caras, analizar las luchas de los oponentes y pensar estratégicamente. Pueden resolver desafíos mentales que ni siquiera los niños pequeños pueden descifrar.
Los abejorros, las abejas, emparentadas con ellos, y los vespinos son sólo tres de casi un millón de especies de insectos en todo el mundo. Pero en cuanto a estas especies, la ciencia está de acuerdo: la imagen de criaturas robóticas sin inteligencia que sólo existen para comer, ser comidas o tener descendencia quedó obsoleta.
Debajo, encima y junto a nosotros viven pequeños animales que son capaces de aprender y actuar con inteligencia, que pueden almacenar en sus cerebros imágenes, formas, colores y experiencias. Durante mucho tiempo se creyó ampliamente que el comportamiento inteligente de los insectos era innecesario porque la mayoría de ellos sólo viven un promedio de unas pocas semanas.
Las crías de tijereta con una esperanza de vida de alrededor de un año al parecer aprenden de sus madres el cuidado adecuado de su cría. Lo que es aún más sorprendente es que los insectos de una camada pueden incluso expresar diferentes rasgos de personalidad. En el caso de los escarabajos de las hojas del rábano picante, por ejemplo, algunos son más valientes que sus congéneres. Y la bióloga evolutiva Elizabeth Tibbetts dice: "Los vespinos son tan maliciosos como los protagonistas de la serie Juego de Tronos”. Estos animales tramarían intrigas, traicionarían a sus compañeros y librarían combates a muerte por el rol de reina.
El hecho de que el mundo de los insectos sea más complejo de lo que se suponía evidentemente obedece a una razón: la diversidad de individuos contribuye a una mejor adaptación a los cambios ambientales. Una ventaja evolutiva para la supervivencia de la especie.
Las mariposas exóticas son una codiciada mercancía. Cada año se transportan a todo el mundo más de 100.000 mariposas para venderlas como objeto de colección. Como consecuencia, algunas especies están al borde de la extinción.
El reportaje supone un trabajo de investigación que revela cómo funciona el comercio de mariposas exóticas en todo el mundo. Muestra cómo en Indonesia, por ejemplo, donde hay más de 2000 especies, se capturan principalmente especímenes raros. Luego se venden, entre otros países, en Japón, por miles de dólares. Ecologistas indonesios tratan de combatir este comercio para preservar la biodiversidad.
La agricultura industrial utiliza cada vez más insecticidas que están causando daños masivos al medio ambiente. Los neonicotinoides son los más comunes en todo el mundo. No solo eliminan las plagas, sino que también dañan la salud de las personas.
Hace 30 años, un automovilista en verano tenía que detenerse cada dos horas para limpiar los insectos del parabrisas. Hoy, puede atravesar toda Europa sin siquiera usar una vez el limpiaparabrisas, porque la biomasa total de insectos ha disminuido en un 75 por ciento desde la década de 1990. Esto se debe al uso masivo de neonicotinoides, los denominados insecticidas "sistémicos", que se propagan a todas las células vegetales.
Tienen el aspecto de caramelos de colores y parecen completamente inofensivos, pero tienen un efecto altamente tóxico. A medida que cada vez más estudios científicos advierten sobre las catastróficas consecuencias de estas neurotoxinas, las multinacionales hacen todo lo posible para encubrir la relación causal entre sus productos y la mortandad de insectos.
Financian estudios poco serios, presionan a los científicos y a las instituciones de investigación, ejercen un trabajo intenso ante las autoridades reguladoras mediante grupos de presión e intentan por todos los medios evitar o eludir las restricciones y prohibiciones. Mientras tanto, la mortandad de insectos está ascendiendo a un ritmo sin precedentes.
Sin embargo, debido a que los insectos cumplen una función central como polinizadores y parte de la cadena alimentaria, su radical destrucción está afectando a todos los ecosistemas: los peces y las aves se están quedando sin alimentos, de tal manera que encuentran cada vez menos para sobrevivir. Además, estudios recientes muestran que los productos químicos también afectan la salud humana.
¿Puede la economía de mercado basada en el petróleo ser sustituida por una basada en recursos renovables? Según la ciencia, la política y la industria, la bioeconomía es una alternativa sostenible. ¿Qué hay detrás de estas esperanzadoras promesas?
La bioeconomía está destinada a resolver los grandes problemas de nuestro tiempo: el cambio climático, la extinción de especies, los pesticidas, los suelos agotados. Según su concepto, las plantas, los hongos y los insectos pueden sustituir a los altamente contaminantes carbón y petróleo como materias primas. Además sería posible producir productos químicos a partir de microorganismos.
Pero los recursos renovables también deben producirse, y esto también alberga nuevos peligros potenciales: la explotación de áreas verdes, la destrucción de los últimos ecosistemas naturales que quedan y una economización aún más extensa de la naturaleza. Este documental toma en cuenta todo el ciclo económico: desde la producción de biomasa pasando por su procesamiento hasta los productos terminados.
Científicos y ecologistas están alarmados ante el drástico descenso de
las poblaciones de insectos. El reportaje entrevista a expertos,
agricultores, científicos, compañías químicas y políticos para descubrir
la causa de la muerte de los insectos.
¿A quién le gustan los insectos? Pican, transmiten enfermedades y
asustan a los niños. Pero también son fascinantes: los insectos fueron
los primeros seres vivos que aprendieron a volar. Conquistaron el
planeta hace 480 millones de años. Representan el modelo más exitoso de
la evolución y constituyen hasta el día de hoy la base de la vida en la
Tierra, pues se encuentran al principio de una cadena alimentaria de la
que también dependen los seres humanos.
Pero cada vez hay menos insectos en todo el mundo, y la cadena
alimentaria amenaza con romperse. Ambientalistas y científicos están
dando la voz de alarma, por ejemplo, Alexandra-Maria Klein de Friburgo.
La comprometida catedrática de ecología del paisaje ha investigado
durante décadas los cambios en entornos naturales debidos a la
intervención humana.
En una plantación de frutas en el Lago de Constanza
ha emprendido un experimento. ¿Qué pasaría si desaparecieran los
insectos? En cada vez más lugares donde antes se percibía un continuo
zumbido, reina ahora un silencio alarmante. ¿Por qué mueren los
insectos?
El reportero Christoph Würzburger investiga estas cuestiones y emprende
un viaje al fascinante mundo de los insectos. Habla con entomólogos,
agricultores, renombrados científicos, empresas químicas y políticos.
Acompaña a la ambientalista Alexandra-Maria Klein y a otros científicos
en su lucha por descubrir las causas de la muerte masiva de insectos.
Lima, may. 04 (ANDINA).
Más de cien árboles de las avenidas Petit Thouars, Gonzales Prada y
José Pardo, que fueron invadidos por una plaga de gusanos, se
recuperaron sin emplear insecticidas ni producto químico alguno,
mediante el control biológico natural, es decir, usando especies
benéficas reproducidas en el insectario de la Municipalidad de
Miraflores.
Plaga de gusanos fue combatida con insectos benéficos criados en Insectario Municipal. Foto: ANDINA/Difusión
El
plan de salvación de los árboles, puesto en marcha en enero, febrero y
marzo último, consistió en liberar en la zona afectada a insectos
benéficos como queresas y micro avispas (miden solo 2 milímetros, es
decir 8 veces menos del tamaño normal) que lograron “acabar” en forma
natural con la plaga y “revivir” a un centenar de árboles, en su mayoría
de la especie Huanrahuay que alcanza hasta 3 metros de altura.
La iniciativa del insectario, que desde hace seis años lleva adelante
la Municipalidad de Miraflores, consiste en la habilitación de un
Laboratorio de Control Biológico donde se crían especies inofensivas
para el ser humano como mariquitas, crisopas, chinches succionadores de
gusanos, mantis, queresas, cochinillas y micro avispas, cuya tarea es
controlar las plagas que afectan las áreas verdes públicas del distrito.
Para acelerar la reproducción de algunas especies, algunos insectos
reciben alimentación especial como la denominada “papilla andina”,
elaborada en base a maca, polen, miel de abeja y levadura de cerveza.
Esta “maternidad de insectos”, que es única en nuestro país, cuenta
con el apoyo del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) y forma
parte de la Red de Vigilancia Fitosanitaria a nivel nacional, debido a
que promueve el equilibrio ecológico, protege la flora y fauna, así como
la salud de las personas.
En la actualidad, la propagación de insectos benéficos ha permitido
en Miraflores que cerca del 85% de las áreas verdes de sus acantilados -
aproximadamente 300,000 m2 - se conserven libre de pesticidas.
La iniciativa municipal también se aplica en la recuperación de un
sector del Parque Francisco Miranda y, según una programación,
próximamente se intervendrán algunos ficus sembrados entre las cuadras 1
y 8 de la avenida Francisco Bolognesi.
Entre diciembre del 2011 y julio del 2012, un grupo de ingenieros
agrónomos y forestales, con personal técnico municipal, realizaron el
Primer Censo de Árboles en Miraflores, contabilizándose un total de
24,005 árboles en sus 9.6 kilómetros cuadrados de extensión.
Dicho registro viene permitiendo la puesta en marcha de un plan de
gestión de las áreas verdes, mejorar los proyectos de arborización y
conservar los recursos forestales del distrito.
Según los resultados del censo, en Miraflores existe un árbol por
cada cuatro personas, cifra que coincide con la sugerida por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) para que los ciudadanos tengan
una mejor calidad de aire en zonas urbanas.
Lima, ago. 10 (ANDINA).
Con el fin de proteger el medio ambiente y disminuir las plagas que
afectan las áreas verdes públicas del distrito, sin emplear
insecticidas, la Municipalidad de Miraflores puso en marcha un novedoso
programa de producción y crianza masiva de insectos benéficos.
Crean
primer insectario municipal en Miraflores para la crianza de insectos
benéficos que evitará utilizar plaguicidas en áreas verdes de
Miraflores.
Se
trata del primer Insectario Municipal del Perú conocido también como la
“Maternidad de Insectos” ubicado en el laboratorio de control biológico
que consta de módulos de crianza y de recuperación, así como de un
huerto.
Allí se crían insectos benéficos como mariquitas, crisopas, chinches succionadores de gusanos, mantis y cochinillas.
También hay plagas que sirven de alimento natural a las especies
antes mencionadas y la singular “papilla”, elaborada por entomólogos a
base de maca, polen, miel de abeja y levadura de cerveza.
Este último alimento ha logrado mejorar la reproducción de las
crisopas, una especie de mariposa con alas transparentes y de color
verde que ataca principalmente a los pulgones, moscas blancas y los
huevos de las polillas.
Según refirió el alcalde de Miraflores, Jorge Muñoz Wells, el
insectario propone generar un equilibrio ecológico natural y proteger la
flora del distrito.
“Estos controladores naturales que son los insectos son liberados en
plazas, parques y otras áreas verdes para erradicar las plagas que
silenciosamente atacan las plantas ornamentales y árboles”, indicó.
El burgomaestre informó que la iniciativa, implementada hace casi
seis años, está reduciendo el uso de insecticidas, por ejemplo en las 33
hectáreas de extensión de los malecones, así como en forma progresiva
en 73 parques y otras áreas verdes de Miraflores.