“El potencial es muy grande, no me animo a dar cifras, existen varios mecanismos de recursos por el que nosotros hemos captado recursos de España, Holanda y otros recursos que van por encima de los 150 millones de dólares”, manifestó.
Señaló que esta cifra no es más que el principio y agregó que el Banco Mundial y Europa están realizando otros esquemas al respecto que posibiliten que tanto el sector público como privado de América Latina reciban recursos importantes por este concepto.
Indicó que los bonos de carbono son certificados que prueban que un determinado proyecto de inversión reduce la emisión de dióxido de carbono (gas causante del efecto invernadero o calentamiento del planeta).
En este sentido, dijo que si en América Latina se demuestra que una iniciativa que se ha desarrollado en proyectos hidroeléctricos, energía renovable, sistemas de transportes u otros, va a ahorrar emisiones de dióxido de carbono, estas iniciativas se certifican a nivel nacional y luego la CAF ayuda a que se certifiquen a nivel internacional en el marco de las Naciones Unidas.
“Una vez que se logra la certificación, ese proyecto privado o público puede recibir el beneficio de la compra de un instrumento que se llama un bono (de carbono) que refleja que esa empresa que no quiere cambiar su tecnología, sí ha cumplido su meta reduciendo emisiones”, explicó.
A estos bonos se puede aplicar cualquier actividad que demuestre que va a reducir las emisiones de carbono, señaló en la II Cumbre Empresarial de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE), que lleva el lema: "Inversión para el Bienestar, el Desarrollo Sostenible y la Inclusión”.
García dijo que la CAF ha apoyado 30 proyectos, desde plantas de energía renovables e hidroeléctricas, y medios de transporte masivo como el Transmilenio en la ciudad de Bogotá (Colombia) similar al proyecto del Tren Metropolitano de Lima.
Asimismo, subrayó que lo importante es que haya la capacidad de cuantificar los resultados de reducción de emisiones de carbono y que la nueva inversión considere desde el inicio los elementos ambientales.
También refirió que se debe propiciar una bolsa de bonos de carbono que propicie un encuentro de diferentes demandantes de reducciones de gases contaminantes con ofertantes en América Latina.
Comentó que estos instrumentos se enmarcan dentro del Protocolo de Kyoto (Japón) que va a durar hasta el 2012 en sus respectivas demandas de reducción de gases contaminantes.
“Es importante que América Latina tenga una presencia mucho más fuerte en las negociaciones (de Kyoto) que vienen para alargar el período y flexibilizar el protocolo”, agregó.
La II Cumbre Empresarial ALC-UE se desarrolla en el Museo de Arte de Lima, con la participación de unos 400 empresarios de ambos continentes.
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