domingo, 18 de diciembre de 2011

“Brasil debe apostar por la cooperación no por la competición”

Marina Silva. Histórica líder ambientalista de Brasil. Rompió con Lula da Silva y lanzó su candidatura.
Ramiro Escobar.
Enviado especial.

Fue senadora y ministra del Ambiente durante la gestión de Lula da Silva. En las elecciones del 2010, su candidata rompió los pronósticos al llegar tercera con 20% de los votos y gravitar sobre la segunda vuelta electoral. Marina Silva (52), ex compañera de lucha del legendario líder ambientalista Chico Mendes, y otrora miembro del Partido de los Trabajadores (PT), se distanció de Lula pero sigue siendo, en Brasil y en parte del mundo, una figura, no un figurín, de la política.

¿Cómo imagina usted la relación entre Perú y Brasil?
Voy a hablar como ciudadana, ya que no soy senadora ni candidata. Pienso en una relación fraterna, capaz de discutir nuevos paradigmas de desarrollo social, ambiental y cultural. Estamos entrando en un periodo dramático de la historia de la Humanidad y en América Latina tiene que haber un proceso de coautoría, de correalización, de reconocimiento conjunto. Con todos los países que estén por una agenda que promueva la inclusión social, la preservación del medio ambiente y una economía capaz de generar igualdad de oportunidades, con competitividad.

¿Este proceso podrá funcionar en América Latina?
Yo diría que en los países en desarrollo ese desafío tal vez es menos doloroso. En los países desarrollados, ya crearon una industria, a base de un modelo predatorio. Nosotros recién estamos comenzando y podemos intentar otra forma. Nuestra economía depende de recursos como la minería, la biodiversidad o el agua, y, por eso mismo, tenemos que ser los primeros en cambiar el modelo de desarrollo.

¿Aún si, como Brasil, se camina a ser una potencia?
Brasil puede liderar, pero ejerciendo un liderazgo fraterno. Compartiendo los conocimientos que tiene, incentivando procesos sustentables en los países hermanos. Si financia proyectos en Perú o en Bolivia, se debe exigir que haya cláusulas que protejan al medio ambiente y a las poblaciones locales. Brasil ahora puede ser un país que, de forma fraterna, respetuosa, ayude a que se tenga una mayor gobernanza ambiental en los países en los que está financiando proyectos.

O sea,  no exportar insostenibildad, como podría ocurrir con el acuerdo energético que ha firmado con Perú…
 Lo que no es bueno para nosotros, no es bueno para nuestros vecinos. Nosotros debemos hacer que esos acuerdos tengan visibilidad para las sociedades de los dos países. Que sean coherentes con los avances que ya logramos a lo largo de estas dos décadas, desde que estuvimos en la Conferencia ‘Río 92’. No podemos retroceder.

¿Si hubiera llegado a la presidencia, hubiera firmado ese acuerdo energético?
Yo no lo conozco con detalle. Pero, con certeza, cualquier propuesta de desarrollo, de infraestructura, lo plantearía en una lógica para el desarrollo sustentable. Tendría que estar de acuerdo con los nuevos paradigmas y eso es perfectamente posible.
Hay crecientes inversiones de Brasil en la región. Se le ve como una potencia expansionista…
Yo creo que la Humanidad debe trabajar cada vez más un ideal de cooperación, en vez de competición. En ese sentido es que Brasil debe cambiar.

Incluir a los indígenas en el “Estado movilizador” que usted propone...
Incluir a los indígenas, a los empresarios, a los académicos. No tenemos que tener ya ni un “Estado proveedor”, que le dé todo a todos, ni un “Estado fiscalizador”, que fiscalice los intereses de pocos. Es el momento de un “Estado movilizador”, que sea capaz de movilizar a las empresas, a la academia, a los jóvenes, a las mujeres y a los indígenas. Los conocimientos tradicionales asociados a los recursos naturales son una gran riqueza.

¿El presidente Lula se movilizó contra la corrupción?
Infelizmente, ninguno de los gobiernos que hemos tenido ha resuelto el problema de la corrupción. Pero yo creo que la corrupción no es un problema de los gobiernos, sino de la sociedad. Cuando lo veamos como un problema social vamos a poder resolverlo.

¿Y entonces por qué ha sido tan visible en los ya tres gobiernos del Partido de los Trabajadores?
La corrupción en Brasil ha sido fuerte en todos los gobiernos. Hoy la prensa le ha dado mayor visibilidad y necesitamos mecanismos que eleven esa visibilidad. Tiene que haber transparencia y hay que mejorar la representación política. Hoy hay una crisis política en el mundo entero. Hay un descreimiento en los liderazgos políticos, en los partidos, en las grandes corporaciones. La sociedad necesita otra ética para que sea movilizada por los valores y no por las circunstancias.

No hay una llave para encarar la actual crisis mundial.

Nadie puede decir que tiene una fórmula. Pero sí creo que es necesario entender que la nueva política tendrá que tener una visión integradora de la diversidad, tendrá que ser democrática, horizontal. Al mismo tiempo se requieren procesos incluyentes y de estructuras más flexibles, capaces de incorporar las contribuciones de los diferentes sectores. El mundo está necesitado de una nueva visión y de nuevas estructuras para poder salir de la crisis. Si no, vamos hacia un colapso.

¿Por eso ha formado el Movimiento para una Nueva Política?
Por eso estamos en Brasil en la discusión sobre el Movimiento para una Nueva Política. Y no tenemos la pretensión ni nos apresuramos en hacer un nuevo partido. Yo no me voy a quedar en la idea de ser otra vez candidata a la Presidencia de la República. En este momento quiero trabajar para que el ideal de una política que integre la ética con la economía, con la ecología,  se haga fuerte.

¿No lo hace por una nueva candidatura presidencial?
En este momento no sé si seré candidata nuevamente. Lo único que sé es que quiero que esas cosas sean relevantes. Y si en el 2014 aparecen alguien que pueda representarlo, yo estaré dispuesta a apoyarlo. No queremos un liderazgo en la lógica de un “salvador de la Patria”. Estamos por liderazgos multicéntricos, por una democracia prospectiva. La política que busca “salvadores de la Patria” es una política vieja. La política nueva es horizontal, incluyente, tiene procesos distintos.

¿Extraña al presidente Lula?
El presidente Lula hizo contribuciones importantes en el combate a la pobreza. Lamentablemente, no fue capaz de entender cuán estratégica era la agenda del desarrollo sustentable. Un gran desafío de Brasil hoy es tener una agenda de largo plazo, en la que estén el desarrollo sustentable, las energías limpias, una “economía verde”, de bajo carbono. Y eso, infelizmente, el gobierno de Lula no lo entendió. Pero tuvo conquistas importantes, como la inclusión social, así como el gobierno de Fernando Henrique Cardoso logró la estabilidad económica.

La Republica

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