
Para lograr su objetivo, la familia Lindell se proveerá de energía a través de paneles fotovoltaicos, los mismos que también servirán para poner en marcha el auto eléctrico que tendrán a su disposición.
“El proyecto se llama “Vida a una tonelada”, se trata de probar que una familia normal puede vivir con una mayor inteligencia medioambiental reduciendo sus emisiones de CO2 a una tonelada por persona al año, cuando lo habitual es entre 6 y 7 toneladas, así que ese es el reto que asumimos”, manifestó en declaraciones a BBC Mundo Nils Lindell, líder de la familia.
Por su parte, Hanna, hija de Nils Lindell y responsable de que su familia se haya embarcado en el proyecto, manifestó que todos están dispuestos a hacer hasta lo imposible para conseguir el objetivo que se han trazado. Y es que a medida que vayan pasando los días, la huella de carbono de cada uno de los 4 integrantes irá aumentando, lo que los obligará a dejar de lado algunas comodidades y ajustar su régimen alimenticio.
El Comercio
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