sábado, 13 de noviembre de 2010

Agua en el aire

Donado por Orrantino

Por: Ing. Ernesto Maisch Guevara

LA CAPA INFERIOR de la atmósfera en la costa peruana está cargada de humedad, registrándose con frecuencia humedades relativas mayores a 90%. Esto, unido a que las temperaturas son relativamente altas, significa que hay una buena cantidad de agua en el aire.

Se han hecho grandes esfuerzos para capturar el agua de la atmósfera sembrando las nubes con ciertos elementos químicos, esparcidos por aviones, para provocar la precipitación del agua en forma de lluvia. Estos esfuerzos han tenido poco éxito.

También se han hecho notables esfuerzos para captar el agua atmosférica con atrapanieblas, con cierto éxito en lugares particulares, como en Atacama, en Chile y las Lomas de Lachay, en el Perú. Se trata de localidades costeras con una configuración topográfica muy particular y en zonas de densas neblinas (llamadas comanchacas en Chile).

Los atrapanieblas son redes, con malla de 1 x 1 cm, extendidas en grandes longitudes y a cierta altura sobre el suelo donde las pequeñísimas gotas de agua que están en suspensión en la niebla se depositan y se van conglomerando (coalescencia), hasta alcanzar un tamaño suficiente para que la gravedad las haga caer. La colocación de redes dobles, muy próximas una de otra, hace que el viento, al hacerlas chocar, active la caída de las gotas.

Una posibilidad, todavía no tratada a nivel ambiental, es la condensación del agua atmosférica por el contacto con superficies frías (rocío). Esta solución funciona en los deshumificadores domésticos e industriales. La energía en estos casos es, generalmente, proporcionada por motores eléctricos.

Una alternativa que debería explorarse es usar la energía eólica para hacer funcionar el compresor del refrigerante (esto podría ser directamente, o por intermediación eléctrica). La presión que deberá alcanzar el compresor debe ser suficiente para hacer circular el refrigerante vaporizado a lo largo de un gran serpentín. Probablemente, los molinos de aire serían del tipo de los usados para generación de energía eléctrica, de tres grandes aspas. El aire que mueve el molino pasaría a través del serpentín, entrando en contacto con su fría superficie, lo que provocaría la condensación del agua atmosférica.

Mediciones realizadas con un deshumificador doméstico, con un serpentín de 10 espiras, con 25 cm de diámetro exterior, de 7.5 amperes a 115 voltios, en una vivienda del distrito de Surco, de la ciudad de Lima, acusaron un rendimiento de 10 litros por día. La humedad promedio durante la duración de la prueba fue 65%.

Hay que tener en cuenta que en los deshumificadores domésticos e industriales, la energía es usada para mover el ventilador que induce la corriente de aire a través de ellos y para comprimir el refrigerante lo suficiente para forzar su circulación a través de dos serpentines: Un primer serpentín en el que el refrigerante está vaporizado (que proporciona la superficie fría) y un segundo serpentín en el refrigerante comprimido (que proporciona la superficie caliente) con objeto de devolver la temperatura del aire a un valor cercano al que tenía al ingresar al deshumificador. El ventilador y el segundo serpentín no serían necesarios en los captadores ambientales de agua atmosférica.

Los captadores de agua atmosférica podrían ubicarse en las cumbres de los cerros que circundan la ciudad de Lima, incluyendo el Morro Solar y la Isla San Lorenzo. El agua sería aplicada al suelo por algún método eficiente de regadío, como la irrigación por goteo y la vegetación sería del tipo de baja demanda de agua, como los amancaes que crecían en las laderas pedregosas de los cerros de Lima, sólo con el agua de las finas garúas del invierno, antes que la expansión urbana invadiera esas áreas. Una plantación alternativa sería la de la cactácea que es hábitat de la cochinilla, lo que daría un componente económico al proyecto.

El vestir las laderas de los cerros con vegetación mejoraría considerablemente la calidad del aire de nuestras ciudades que en la actualidad está cargado de polvo, lo que le comunica una pronunciada turbiedad. El polvo es causa de enfermedades respiratorias y que hace más difícil mantener la limpieza de nuestros hogares.

Una inusualmente intensa lluvia ocurrida el 15 de enero de 1970 en Lima, lavó la atmósfera, lo que cambió drásticamente su paisaje urbano. La diáfana atmosfera permitía ver nítidamente los cerros de la margen derecha del río Rímac desde Magdalena y las falderías de San Francisco desde el Paseo de la República en Miraflores.

Unidades de este tipo se podrían usar para proveer agua potable en lugares en que el uso de las fuentes tradicionales resultara muy costoso.

Unidades más pequeñas de captadores de agua atmosférica podrían instalarse en las embarcaciones de pesca menores que, con frecuencia, se pierden en las inmensidades del océano. La falta de agua dulce ha producido, en algunos casos, serios problemas de deshidratación en los tripulantes.

El estudio de esta posibilidad sería un interesante tema de investigación para la UNI o de facultades de ingeniería de otras universidades de la costa peruana.

La UNI tiene la circunstancia favorable de tener, dentro de sus terrenos, cerros, en cuyas cumbres se podrían instalar unidades experimentales piloto. En estas investigaciones tendrían que participar especialistas en diseño mecánico y eléctrico, en refrigeración, en metalurgia, en suelos, en riego y cultivos, en meteorología, en medio ambiente, en economía, etc.

Construcción y Vivienda

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