El agua que recorre el cauce del río Rímac es la que, tras un largo y meticuloso tratamiento, sale por el grifo de su hogar. Potabilizarla, es decir, hacerla apta para el consumo humano cada año cuesta más, según el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal).
"El usuario, cuando abre su caño y derrocha el agua no sabe todo lo que
hay detrás, no valora el trabajo que se realiza las 24 horas del día
para transformar el agua sucia en limpia. Debido a la contaminación, los
costos de producción de agua potable se han visto incrementados en 40%,
de manera progresiva, los últimos 3 años", detalló Yolanda Andía, gerente de Producción de Sedapal.
Los agentes contaminantes que son vertidos a lo largo de los 127 kilómetros de extensión del 'Río hablador' han aumentado considerablemente con el paso de los años.
El crecimiento demográfico ha ocasionado la aparición de más asentamientos informales en ambas márgenes del río Rímac.
Al no contar con un sistema de alcantarillado adecuado, ellos eliminan
al cauce del torrente residuos domésticos, tanto sólidos como líquidos,
sin ser tratados previamente.
A esto se suman los remanentes de las actividades industriales y agroindustriales
que se desarrollan en la parte media y baja de la cuenca, así como los
pasivos mineros que se incorporan desde la parte alta del Rímac.
Son todos estos agentes los que dificultan y encarecen la labor que realiza Sedapal.
Puntos contaminantes
"Se trata de una cuenca muy compleja en términos de manejo. La
Autoridad Nacional del Agua (ANA) ha detectado a lo largo del Rímac
1.185 fuentes de contaminación directa", explica Juan Castro Vargas, titular de la Dirección de Gestión de Calidad de los Recursos Hídricos de la ANA.
De acuerdo con el especialista, el número de vertimientos aumenta
conforme el caudal del río se acerca a la capital. Es así como el 22%
(260) de los focos de contaminación se concentra en la parte alta de la
cuenta que inicia en Ticlio y llega hasta San Mateo, el 28% (336) en la parte media que va hasta Chaclacayo, mientras que el 50% (589) se concentra en la parte baja, que culmina en la desembocadura al mar.
Y aunque la carga orgánica, coliforme y fecal es la que más se vierte al 'Río hablador' (en 736 puntos localizados a través de tuberías y desagües), es la presencia
de metales pesados la que preocupa más a Sedapal, asegura Andía, porque
reducir sus niveles implica ejecutar pretratamientos más fuertes al
agua que se capta en la Atarjea, en otras palabras, aumentar los costos de producción.
Tal como indica el Plan Maestro que elaboró el ANA el año
pasado con la finalidad de remediar el río Rímac en un plazo de 10
años, el aluminio es el metal pesado que prevalece en el caudal del
principal abastecedor de agua de Lima y Callao; le siguen el arsénico,
el cadmio y el boro.
"Para la categoría del Rímac, que tiene un uso poblacional, el aluminio debe concentrarse por debajo de los 0.2 mm/l; sin embargo, en la parte alta de la cuenca tenemos 5mm/l",- explica Castro Vargas.
Estos niveles, que tienden a disminuir al llegar a la parte media de la cuenca, se incrementan ni bien el río Huaycoloro desemboca en el Rímac, debido a las industrias informales que se desarrollan en la quebrada y evacúan sus residuos al afluente.
"Es un problema que no puede solucionar el ANA porque excede sus competencias.
Nosotros abrimos procesos administrativos, sancionamos a las empresas y
estas pagan penalidades, pero el cierre les corresponde a los
municipios", argumenta Castro.
Este panorama perjudicial, no solo para Sedapal sino también para la
población que vive en las zonas periféricas del Rímac, cambiaría hacia
el 2019, fecha en la que según el cronograma del Plan Maestro que
recuperará al 'Río hablador' funcionaría la planta de tratamiento del
río Huaycoloro, que recogerá las aguas residuales de las industrias del
sector para tratarla con fines de consumo y revertirlas al Rímac.
"La meta es tener dos sistemas de tratamientos. Una vez instalados y
funcionando, los costos de producción de Sedapal bajarían entre 60% y
70%", añade el funcionario del ANA.
Mientras eso sucede, el río Rímac seguirá siendo el lugar preferido de los residuos limeños.
Sunass: Hoy el usuario paga más por el agua
La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) aseguró que el aumento del costo de producción de Sedapal se ve reflejado en el recibo de los limeños.
"Hoy, el precio del agua es más caro que hace 5 y 10 años, y no solo
porque el hombre contamine más el agua del río y dificulte la
potabilización del agua, también porque los costos de tendido de redes
se incrementaron conforme ha ido creciendo la población", señaló el
gerente de Usuario de Sunass, José Patiño.
El último incremento que sufrió el precio local del agua se hizo el
año pasado, tras la aprobación de la nueva tarifa, en la que se
consideró un incremento de 8% en relación al monto anterior.
Es así como, hoy, el monto que los limeños pagan por un metro cúbico
(m3) de agua, que equivale a dos mil botellas de agua de mesa que se
venden a un sol en el mercado, es de 3 soles.
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