Gracias a Indochine
En la Panamericana Norte, entre los km 39 y 54, las lomas y dunas detrás del balneario de Ancón
lucen hoy áridas y deshabitadas. Sin embargo, dicho espacio –designado
en setiembre del 2010 para alojar al Parque Ecológico Nacional Antonio
Raimondi– se transformará dentro de poco en el más importante rincón
ecológico de Lima.
Hacia fines del 2014, el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de
Lima y Callao (PLAM 2035) informó que, gracias a la puesta en valor del
parque Raimondi (con sus más de 6.700 hectáreas, unas 20 veces el tamaño
de San Borja), Ancón podría convertirse en la primera ciudad baja en
carbono del país. “[Ancón] Pasaría de tener 2 m2 de área verde por
habitante a 70 m2, con una inversión aproximada de US$7.670 millones”,
detalló la entidad.
De acuerdo con Karina Puente, responsable del Ministerio del Ambiente
(Minam) para el parque, ello será posible gracias al plan que este
sector implementará en la zona desde el 2017. El proyecto cuenta con el
apoyo de los ministerios de Producción, Transportes, Cultura y la
Municipalidad de Ancón.
Entre la infraestructura complementaria al proyecto, que se
edificaría a través de asociaciones público-privadas e inversiones
particulares, destacan una estación intermodal de transportes, un parque
industrial y un área de viviendas. Fuentes consultadas por El Comercio
precisaron que la primera etapa del proyecto, el parque industrial
(1.338 hectáreas), sería licitada en los próximos meses. Los ingresos
que genere esta área financiarán las demás iniciativas del Raimondi.
“Por su extensión, superior a las 8.000 hectáreas, es importante
evitar que el proyecto se quede a medias. El parque Raimondi es el área
más grande que le queda a Lima para desarrollar una ciudad
autosostenible”, enfatizó Puente.
Un obstáculo para el proyecto es que parte de su superficie cuenta
con la zonificación llamada otros usos, lo cual puede atraer a
traficantes de tierras. Según Puente, ya está en trámite un pedido ante
la Municipalidad de Lima para cambiar esa zonificación por la de
tratamiento paisajístico, lo cual impediría que haya terrenos para
viviendas en los alrededores.
Además del impacto ambiental del proyecto, al menos 600 hectáreas
pueden convertirse en bosque productivo. Ello, gracias a una iniciativa
impulsada por la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad, en
coordinación con el Ministerio de Justicia, para que allí trabajen ex
presidiarios que deseen ser productivos para la sociedad.
http://elcomercio.pe/lima/ciudad/gran-parque-ecologico-lima-construccion-iniciara-2017-noticia-1876823
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