Lima - Se inauguró en Noruega la planta de captura de emisiones de dióxido de carbono más grande del mundo.
En el centro se probará maneras de enterrar el dióxido de carbono para evitar que se escape a la atmósfera, donde contribuye al calentamiento global.
La planta se construyó en una antigua refinería de petróleo en la costa oeste de Noruega y costó US$ 1.000 millones.
Durante su inauguración el primer ministro, Jens Stoltenberg, dijo que la tecnología de captura de carbono podría lograr hasta un veinte por ciento de las reducciones de emisiones de carbono que muchos científicos dicen se necesita para el año 2050.
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