Bajo este esquema, los mexicanos aprovecharían sus cuotas de emisiones de carbono no producidas y podrían ofertarlas a Estados Unidos a través de bonos negociables, explicó José Antonio González, jefe de consejeros de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público de México.
"México ofrece ventajas como socio potencial de Estados Unidos por su proximidad geográfica, las relaciones comerciales sólidas y fuertes, así como los vínculos institucionales entre los dos países", destacó González ante un centenar de expertos reunidos en la Tercera Conferencia Anual de Mercado de Carbonos en Norteamérica 2010.
En el 2009, el Gobierno mexicano informó que inició contactos con Estados Unidos y Canadá para intentar crear un mercado norteamericano que permita intercambiar bonos de carbono entre estos tres países.
El mercado de carbono es uno de los tres mecanismos propuestos en el Protocolo de Kyoto para la reducción de emisiones que generan el efecto invernadero o calentamiento global.
Este sistema supone que un bono de carbono, que otorga el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono, tiene un precio establecido en el mercado y por tanto puede ser comprado o vendido entre países.
González enfatizó en la conferencia que México se encuentra listo para formalizar compromisos bilaterales de reducción de emisiones contaminantes de la atmósfera.
"Hasta el momento no hay conversaciones formales entre ambos países pero una de nuestras metas es participar en mercados de bonos de carbono con Estados Unidos", dijo el funcionario.
El consejero resaltó que el control del Gobierno mexicano en la industria energética y de hidrocarburos en su país permite asumir metas firmes de disminución de los niveles de contaminación en esos sectores.
Al respecto, el especialista explicó que localmente tanto Petróleos Mexicanos (Pemex) como la Comisión Federal de Electricidad se han propuesto reducir las emisiones de carbono través del Programa Especial de Cambio Climático para el 2014.
De cumplirse la meta de reducción, la cuota excedente podría ser vendida a compañías estadounidenses a través de bonos. Cada uno de esos bonos representa una tonelada de dióxido de carbono y es cotizado a un promedio de 15 dólares.
Dijo, además, que este tipo de iniciativas ambientales exigiría a Estados Unidos reducir al menos el cinco por ciento de sus emisiones contaminantes para el 2020.
De acuerdo con el consejero, la promoción de un mercado de carbono podría ser acompañada de la firma de un acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos para enfrentar la deforestación.
Según González, los programas de reforestación bien podrían ser financiados por Estados Unidos en territorio mexicano debido a las ventajas económicas que ello representa.
"Es mucho más barato reforestar Chiapas que iniciar programas de reforestación en California", argumentó.
Sostuvo que los tratados bilaterales podrían crecer en el tiempo y convertirse en objetivos nacionales, siempre vinculados al mercado de carbón de Estados Unidos.
El funcionario señaló que si bien existe una creciente conciencia internacional sobre la necesidad de luchar contra el calentamiento global, en la práctica las negociaciones no prosperan.
"Las negociaciones internacionales para llegar a un clima de acuerdo están actualmente estancadas principalmente por la confrontación entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo", añadió.
EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario