Japón confirmó planes de enviar flota ballenera a la Antártida, luego de suspender este año su caza anual por acoso de asociaciones ecologistas
Junto a Japón, Islandia, Noruega y varios estados caribeños y africanos se levantaron de la mesa cuando el presidente propuso esa votación y abandonaron la sala de negociaciones para evitar que hubiese quorum.
Finalmente la propuesta de crear un santuario de ballenas en el Atlántico Sur, realizada por Argentina y Brasil, ha quedado en suspenso hasta el próximo plenario del CBI, que se celebrará el año próximo en Panamá.
El grupo de naciones que defiende la caza de ballenas ya había rechazado en otras ocasiones aprobar una zona protegida para cetáceos en la zona del Atlántico Sur, alegando que no tiene bases científicas.
La 63 reunión plenaria de la CBI concluyó hoy en Jersey (Reino Unido) tras cuatro días de deliberaciones con un acuerdo para promover la transparencia en el pago de cuotas.
A propuesta del Reino Unido, la Comisión Ballenera dispuso que los países miembros paguen sus cuotas a través de transferencia bancaria en lugar de efectivo a fin de que los pagos puedan ser localizados y evitar posibles compras de votos.
Los grupos ecologistas recibieron con satisfacción la medida porque consideran que permitirá a la CBI trabajar con mayor transparencia.
JAPÓN, ISLANDIA Y NORUEGA CONTINÚAN CAZA DE BALLENAS
Durante el encuentro, además, Japón confirmó sus planes para volver a enviar su flota ballenera a las aguas de la Antártida, después de haber suspendido con antelación este año su caza anual por el acoso de las asociaciones ecologistas.
“Estamos debatiendo cómo podemos enviar de vuelta a nuestros barcos al Océano Antártico”, señaló el comisionado japonés Joji Morishita, mientras la organización ecologista Sea Shepherd, que forzó la retirada de la flota japonesa, se comprometió a desplegar de nuevo activistas en la zona, según la cadena BBC.
La caza comercial de ballenas está prohibida desde 1986, pero diversas excepciones ha permitido a países como Japón, Islandia y Noruega continuar con sus capturas.
Noruega, que rechazó la moratoria de 1986, cazó 536 ballenas en 2009 para usos comerciales, mientras Islandia capturó 38 ejemplares.
Japón, que fija sus cuotas de forma unilateral y defiende esa práctica por supuestos motivos científico, se hizo en ese mismo año con 1.004 ballenas, si bien el acoso del Sea Shepherd redujo a un tercio sus capturas en el 2011.
El Comercio
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