lunes, 30 de mayo de 2011

Bolivia y el Litio, Bolivia la Arabia Saudita del Litio Mundial (80% de las reservas del mundo)

Si cojes tu celular y miras la bateria te daras cuenta que es una aleacion con Litio, si luego revisas todos los instrumentos electricos a baterias en tu casa te daras cuenta con la misma sorpresa, pero eso no es todo, los autos, motos, buses, inclusive aviones(en pruebas ahora) que se vienen en el corto plazo seran electricos, y usaran baterias de Litio.

Bolivia esta en un proceso agresivo de industrializar su Litio, pero no solo venderan el mineral, cosa que los haria ultra ricos, sino que lo van a industrializar dentro de Bolivia, alli mismo haran las baterias, y lo mejor es que ya tienen los socios.

En no mas de 10 años van a ver el despegue salvaje de la economia Boliviana, probablemente lleguen a ser el mas rico percapita en Sudamerica, como sucede con los paises petroleros del Golfo Persico.

Aqui unas noticias de como va el Litio en Bolivia;


El gerente nacional de Recursos Evaporíticos (Gnre) de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), e ingeniero metalúrgico. Participó del Seminario de Utilización Integral de Litio en Argentina. Expuso sobre la estrategia boliviana en cuanto a ese recurso.

-¿En qué consiste la estrategia de desarrollo de litio que vino a exponer a Jujuy?

-Es una estrategia en tres fases, pero tiene por núcleo conceptual que el Estado boliviano es el propietario de esos recursos. Empezamos con la planta piloto y desarrollamos la planta industrial, y luego la tercera fase es una inversión de alta tecnología con inversionistas.

-¿Cuánto estarían invirtiendo en esto?

-Sería 400 millones en la primera y 400 millones en la segunda.

-¿Cuál es la calidad de materia prima?

-El carbonato tiene una pureza de 99,6 %, lo que le hablo es de la producción de laboratorio que estamos perfeccionando hace más de un año. La producción  piloto empieza en cinco meses, pero la ley del carbonato es para la venta en el mercado de carbonato, pero estamos muy próximos para llegar al nivel de la Ley para calidad de las baterías. En la bibliografía existente se habla de 9 millones de toneladas, pero hemos hecho investigaciones de que no es un estudio de reservas, es un estudio preliminar que establece 100 millones de toneladas que significan 530 millones de toneladas de carbonato de litio.

-¿Qué sistema de extracción piensan utilizar con este tipo de materia prima?

Es un proceso nuestro, una patente boliviana que empieza con el proceso de extracción tradicional por bombeo y un proceso inicial de enriquecimiento de evaporación y cristalización fraccionada. Luego viene un proceso químico de extracción de sales para lograr la pureza requerida.

-¿Cuáles han sido las dificultades y qué es lo que han tenido que cambiar en este proceso en desarrollo?

Hemos tenido que hacer una investigación propia porque la salmuera nuestra si bien es mucho más abundante que cualquier otro país, es más compleja, menos rica en cuanto a contenido de litio que la chilena y que la argentina. Por eso fue necesario un proceso propio que pueda permitirnos extraer de manera rentable y óptima el carbonato de litio.

-¿Cuál sería el proceso para poderle dar valor agregado al litio?

El primer paso es la obtención de las sales que tienen en este momento el mercado más amplio. El mercado de carbonato de litio son más de 120 mil tn, de los cuáles un 80 % son carbonatos de las salmueras. Pero luego viene el proceso de agregación con otros compuestos orgánicos con precursores, materiales de cátodo, electrolitos en base al litio, que van a cobrar después la real posibilidad de hacer las baterías. Esto con todo el proceso previo de los componentes, y que no sea una maquiladora donde solamente aportemos con el carbonato. Entonces vamos a hacer también los cátodos, los electrolitos para luego hacer la planta de baterías. Ese es el proceso secuencial para la agregación de valor para este proyecto.

-¿En esta estrategia, cuánto tiempo se han propuesto para llegar al producto final?

En el proyecto piloto dos años y medio, en el proyecto industrial cuatro, pero ya  empieza este año no sólo está diseñado para comenzar la producción industrial a fines del 2014. Pero en la asociación que pretendemos con tecnologías maduras, el presidente (Evo) Morales está empeñado  en que esta sucesión pueda hacerte este año, para trabajar de manera paralela y lograr las fases 2 y 3 simultáneamente.

-¿Con quiénes se asociarían en este sentido?

Hemos recibido muchas propuestas de empresas, estamos evaluándolas, son sobre todo de asociación tecnológica pero hay una serie de variables y vertientes, algunas son empresas públicas de países, otras son privadas.

-¿Piensan hacer formación científica para que puedan darle continuidad al proyecto?

-Hemos organizado un comité científico, que tiene participación de científicos del extranjero, de europeos, asiáticos, que están trabajando hace dos años, y pretendemos interrelacionarlos con los científicos argentinos también. Vamos a ver el tipo de relación. El gobernador jujeño estuvo en La Paz hablando con nuestro ministro, ese es uno de los temas que tenemos que coordinar.

-¿Podría haber una complementación entre los países que son fuertes en la producción de litio?

Es una necesidad coordinar para que los beneficios fundamentales de este enorme recurso, sirva para que los beneficios fundamentales de este recursos sirvan al desarrollo de nuestros países y nuestros pueblos.



A esta altura es innegable la necesidad de un cambio en la matriz energética actual, fundamentalmente basada en hidrocarburos, para dar paso a energías más limpias y renovables. El calentamiento global y el agotamiento del petróleo, con su consecuente aumento de precio y las implicaciones políticas que conlleva, son las más claras expresiones de dicha matriz y castigan a países ricos y pobres por igual. Estos dos problemas forzarán a la mayoría de los países a reducir tanto su demanda de petróleo como sus emisiones de dióxido de carbono. Ante este panorama, la transición de la industria automotriz global hacia la propulsión eléctrica aparece como una solución a medida. Sin embargo, ésta transición se vio frenada por dos cuestiones, una técnica y otra no tanto.

Por una parte los intereses alrededor de la industria del petróleo, que buscan prolongar la vigencia del uso de los hidrocarburos y retrasar cualquier alternativa; y por otro lado, la falta de una batería que pueda almacenar suficiente energía eléctrica para asegurar una autonomía y un tiempo de recarga razonables. Sin embargo, la irrupción de un nuevo protagonista puede patear el tablero energético. El Litio, mineral que actualmente está presente en las baterías de todos los equipos electrónicos como notebooks y celulares, demostró ser el componente ideal e indispensable para las baterías del futuro. Toda la industria automotriz apuesta por él para el desarrollo masivo de vehículos no contaminantes y silenciosos, lo que promete generar una transformación energética y ambiental, a la vez que una competencia furiosa por controlar una parte de este mercado.

Como un capricho del destino, uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra aloja uno de los minerales más estratégicos del futuro. Las mayores concentraciones de Litio se encuentran en la región de la Puna argentina, chilena y boliviana; la región se ha denominado “triángulo del Litio” precisamente porque concentra nada menos que el ochenta por ciento de las reservas mundiales. Como si esto fuera poco, la extracción del Litio de estas salmueras es un proceso mucho más económico y menos contaminante que la separación de formaciones rocosas donde se lo encuentra en el resto del mundo.

Las perspectivas de crecimiento de las industrias que emplean Litio, fundamentalmente para aquellas que fabrican equipos electrónicos, vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía, son tan grandes que en el futuro cercano nadie quiere quedarse afuera. Los países industrializados apuestan por el desarrollo de estas industrias para reducir su dependencia del petróleo y rescatar al sector automotriz, uno de los más golpeados por la reciente crisis financiera; y también para devolver el empleo a miles de personas en sus países.
Los Estados poseedores del recurso no quieren repetir el final de las historias del pasado, donde la posesión de una riqueza natural fue sinónimo de saqueo y miseria para sus dueños. Por eso apuestan a que su explotación sea fuente de desarrollo tecnológico, económico y social.

Pero, ¿qué es lo que deberíamos hacer para cambiar el final de la historia y para que un recurso tan valioso sea realmente aprovechado y beneficie a la mayor cantidad de personas? Hay varios puntos que debemos tener en cuenta.
En primer lugar, las cuestiones geopolíticas y estratégicas. Frente a la situación en que se encuentran nuestros países por poseer las mayores reservas de un elemento imprescindible para el desarrollo de las próximas décadas, hay dos posibilidades para reaccionar. Una es la clásica: vender la materia prima (carbonato de litio) para que el desarrollo tecnológico se haga en otras geografías. La segunda opción es plantear la decisión de participar de alguna manera en el desarrollo tecnológico que genere el negocio del Litio. Por ejemplo, con la instalación de fábricas de baterías o invirtiendo en los procesos de desarrollo electrónico locales. Tampoco debemos descartar la cooperación entre los poseedores del recurso. Ni debe descontarse la posibilidad de crear una OPEP (Organización de los Estados Productores de Petróleo, creada para la unificación y coordinación de las políticas petroleras para la defensa de sus intereses) pero esta vez dedicada al Litio a fin de unificar criterios y lograr que el valor no sea impuesto de acuerdo a conveniencias extranjeras y/o urgencias locales.

En segundo lugar está la cuestión ambiental. A pesar de que la extracción del Litio de salmueras es mucho menos destructiva y contaminante que otros tipos de minería, el entorno se ve modificado por las instalaciones ya que se extrae agua del subsuelo y se afecta un ambiente en equilibrio. Por eso debemos desarrollar las políticas ambientales adecuadas, llevar controles estrictos y aplicar las medidas de mitigación necesarias para reducir cualquier distorsión ocasionada en un paisaje tan único como el recuso que se extrae de él.

Por último, se debe perseguir el desarrollo local y regional de las zonas donde se extrae el recurso. No nos olvidemos que hablamos de algunas de las regiones más alejadas y abandonadas de nuestros países, por lo que debe ser innegociable la participación de todos los involucrados y hacer que los beneficios económicos y sociales lleguen a todos los habitantes. En definitiva, debemos valorar la importancia del recuso que poseemos, sin olvidarnos de nuestra tierra y de nuestra gente, que seguirán aquí cuando el Litio se haya acabado.

Ahora bien, se debe estar preguntando cuánto de esto se está haciendo en la Argentina. Si nos hubiésemos hecho esta pregunta hace sólo un año, nos encontraríamos con que no contábamos (ni se pretendía contar) con un plan estratégico de desarrollo del recurso. Hasta hace poco tiempo se planteaba la cuestión como una carrera contra nuestros vecinos por captar inversiones para su extracción, al amparo de una legislación minera excesivamente liberal heredada de la década de los noventa. Hoy la perspectiva es más alentadora. Se están tomando iniciativas desde las provincias poseedoras del recurso, así como desde el Gobierno nacional, que por lo menos van en buen camino; se discute la idoneidad de la legislación vigente, asignándole al Litio un valor estratégico y promoviendo la cooperación interministerial para una explotación integral. Y no sólo se trata de buena voluntad: concretamente, en la Universidad de La Plata hay un proyecto muy avanzado de desarrollo de baterías de Litio para vehículos eléctricos, incluyendo el software que las controla y un prototipo de vehículo eléctrico que, se espera, estará recorriendo las diagonales a finales del año próximo.

También se están desarrollando avances en aplicaciones del Litio en otras áreas estratégicas, como la fabricación de reactores nucleares y en la industria aeroespacial para las celdas de energía de los satélites de fabricación nacional. Resta por ver hasta dónde puede llevarnos el Litio. Pero lo que es seguro es que, al acabarse la batería, habremos llegado mucho más lejos si seguimos por el camino del desarrollo tecnológico, en lugar de tomar el atajo de la exportación primaria.




El Salar de Uyuni abastecerá el 25 por ciento de la actual demanda mundial de carbonato de litio, producirá 30.000 toneladas anuales, aseguró el viceministro de Desarrollo Productivo Minero, Héctor Córdoba.

La planta industrial del Salar entrará en operaciones el 2014, para esto se requiere una inversión de 450 millones de dólares, que serán financiados por créditos del Banco Central de Bolivia. Esta fábrica también producirá 700.000 toneladas anuales de cloruro de potasio, además de boro y magnesio, informaron en el Ministerio de Minería.

LA CUARTA PARTE

La estrategia para el litio es “ingresar al mercado con un volumen de 30.000 toneladas anuales de carbonato de litio lo que representa aproximadamente 25 por ciento de la demanda actual” de éste producto en el mundo.

Para hacer frente a posibles medidas de los actuales productores de carbonato de litio, se producirán las 700.000 toneladas anuales de cloruro de potasio, “como estabilizador de nuestra economía”, puntualizó.

“Con un ingreso así significativo del litio al mercado mundial corremos el riesgo de que los otros productores tomen algunas medidas que nos puedan meter en crisis”, subrayó el Viceministro de Desarrollo Productivo minero.

La producción de cloruro de potasio servirá al país “como un financiador de las otras etapas” del desarrollo de los recursos evaporíticos. Además de “mecanismo de balanceo”, puesto que tiene un mercado absolutamente distinto al carbonato de litio.

MONOPOLIO ESTATAL

La explotación de los recursos evaporíticos es “un monopolio del Estado”, aseguró Córdoba al subrayar que la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio será con inversión y tecnología boliviana. En cuanto a la industrialización del litio para obtener baterías y derivados se realizará “con inversión boliviana, pero con tecnología extranjera”, pero que “no” sólo será comprada, “sino debe ser transferida para que el personal boliviano sea capaz de mejorar esa tecnología”, remarcó el Viceministro.

El proyecto de ley minera especifica la reversión de las concesiones de privados en el Salar de Uyuni. Anf.



China es el principal candidato para ser socio estratégico de Bolivia en la tercera fase de industrialización del litio de Uyuni, al ser el único país que presentó una propuesta que incluye la construcción de una planta de fabricación de baterías de litio.

Así lo reveló ayer el presidente Evo Morales en declaraciones a la radio gubernamental Patria Nueva. Bolivia firmó acuerdos con gobiernos y empresa privadas de Finlandia, Corea del Sur, Francia, Brasil, Japón, Venezuela e Irán para industrializar en su territorio sus ingentes reservas de litio.
“De todas las propuestas (de países) que nos han llegado” al Ministerio de Minería, para ser parte de la industrialización del litio de Uyuni, “la que más ventaja lleva es la de China, pero no se descarta (la participación de) Finlandia”, manifestó el Mandatario.

La propuesta de China, precisó, incluye la industrialización del recurso mineral a través de una planta piloto de fabricación de baterías. Las propuestas de otros países como Finlandia y Suiza están más relacionadas con la transferencia tecnológica, precisó.

El 7 de abril, La Razón informó, en base a declaraciones del gerente general de Recursos Evaporíticos de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Luis Echazú, que el país elegiría al socio para la fabricación de baterías de litio entre China y Corea del Sur.

Exclusión. Corea del Sur pretende ser parte de la producción de carbonato de litio; “ya desde antes descartamos (esa posibilidad) como Gobierno. Con nuestros técnicos vamos a asumir esa responsabilidad” en la producción piloto y a gran escala del carbonato, señaló Morales.
Echazú anunció en abril que Corea del Sur hizo una “propuesta en serio en toda la cadena” y “los chinos” harían “la misma propuesta”; el Ministerio de Minería y Metalurgia estudiaría ambas y las presentaría al Presidente “para tomar una decisión final”.

“Tenemos que empezar (a construir), lo más antes posible, la planta piloto para baterías de litio (y), después, para la gran industria de baterías de litio”, sostuvo Morales.
A decir de Echazú, Bolivia busca un socio “para establecer toda la cadena”. Sin embargo, dijo, “hay otros pasos” previos para que el emprendimiento “no sea una maquila” y llegue a la fabricación de baterías como la producción de sulfatos de cobalto, níquel y manganeso, que son insumos para la elaboración de cátodos de litio.

Según datos oficiales, la última etapa de industrialización del recurso evaporítico debe comenzar el año 2014 con una inversión de $us 400 millones. El país posee 2.000 millones de toneladas métricas (TM) de potasio; recursos que al ser transformados se traducen en 530 millones de TM de carbonato de litio y 3.794 millones de TM de cloruro de potasio.

Producirán hidróxido de litio

El presidente Evo Morales dijo que uno de los productos que se obtendrá por la explotación de las reservas es el hidróxido de litio.
El compuesto se usa en naves espaciales y submarinos como depurador de aire. Se usa también en cerámicas y lubricantes industriales.



La misión de empresarios cruceños agrupados en la CAINCO que viajó a China retornó de su viaje con buenas noticias, los empresarios del país asiáticos mostraron su interés en invertir en la producción de acero en el Mutún, litio en el Salar de Uyuni, generación de electricidad, construcción de vías férreas y otros.

El Presidente de la CAINCO, Luis Barberí, aseguró que quedaron sorprendidos por el potencial que significa China, la segunda potencia económica del mundo.
"Nos reunimos con el Presidente de Orient Group, que es un grupo empresarial muy grande que tiene un interés especial en hacer inversiones en Bolivia y que si se llegan a consolidar son muy interesantes", explicó Barberí.

El representante empresarial reveló que en muchos de los casos ya existen propuestas concretas al Gobierno, que esperan sean concretados en lo pronto. "Auguramos que pueda materializarse algo de lo que ellos han mostrado como intención en Bolivia", acotó Barberí. China se convirtió en la nación que más invierte en Latinoamericana y el Caribe al registrar 9% del total de los flujos de capital, según reseñó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En un informe presentado por el organismo titulado: "La inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe", reseñó que "en 2010 las empresas chinas invirtieron cerca de 15.000 millones de dólares en países latinoamericanos y caribeños, básicamente a través de fusiones y adquisiciones". El texto destacó además que más de 90% de las inversiones chinas se ejecutaron para la extracción de recursos naturales.

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