Los incidentes se produjeron cuando agentes antidisturbios  fuertemente armados se presentaron al área de conflicto para despejarla y  restablecer el tránsito sobre el puente que comunica a Panamá con la  provincia de Darién.
Los policías habían dado  un plazo de una hora a los manifestantes para el desalojo del puente,  pero al ser incumplida la orden arrojaron bombas lacrimógenas. Los  manifestantes respondieron con piedras, palos, flechas y lanzas. En el  choque hubo heridos.
La protesta se produjo en  rechazo de la Ley 8 del 11 de febrero de 2011, que reformó el Código de  Recursos Minerales y permite a estados extranjeros invertir en  explotaciones mineras en Panamá.
Sin embargo,  el presidente Ricardo Martinelli, quien recorrió este viernes una feria  en el distrito agrícola de Soná, 296 kilómetros al oeste de la capital  panameña, dijo que pese a las protestas no derogará las reformas  aprobadas.
Martinelli instó a los indígenas a  que "no se dejen engañar por personas que quieren sacar beneficios  políticos porque le están haciendo un daño innecesario al país".
Pese  a ello, los manifestantes amenazaron con arreciar las movilizaciones  para obligar al gobierno a rectificar la política minera y las  concesiones a consorcios foráneos, y fallos judiciales que favorecen a  empresas causantes de daños al medio ambiente.
El  movimiento de resistencia indígena condenó la actitud conciliadora del  cacique general de la comarca Nöbe-Buglé, Rogelio Moreno, quien  suspendió "hasta segunda orden" las manifestaciones, luego que el  viceministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Luis Carles, fue ultrajado  durante una protesta.
Por su parte, el  socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD) declaró el  "firme y categórico rechazo" a la Ley 8, por considerar que afecta  intereses nacionales. Asimismo, convocó a la sociedad panameña a  "rechazar e impedir que otros estados se apoderen del territorio y las  riquezas del país".
El Directorio Nacional del  PRD aseveró que las reformas al Código de Recursos Minerales carecen de  principios y mecanismos que protejan los recursos naturales de los  "dramáticos y devastadores efectos de la actividad minera" y culpó al  presidente Martinelli de la situación de zozobra en Panamá.
Samuel  Lewis Navarro, ex vicepresidente y ex canciller de Panamá, planteó que  "es necesario establecer un diálogo, en el tema minero, porque las  situaciones y enfrentamientos que se están dando no resuelven el  problema, sino que lo incrementan".
Lewis  Navarro dijo que el gobierno y las autoridades de los pueblos  originarios "deben sentarse con urgencia a dialogar y buscar una salida  negociada a la crisis" desatada por el tema minero.
A  su vez, el Partido Popular (antiguo Partido Demócrata Cristiano),  condenó las reformas al Código de Recursos Minerales y criticó al  gobierno por la falta de consulta a la población, según recoge la  agencia DPA.
El Partido Popular advirtió que  los daños a la biodiversidad, por la explotación de minas a cielo  abierto en bosques tropicales húmedos en Panamá, no son comparables a  una mina en el desierto de Atacama, en Chile, o en bosques templados en  Canadá.
 
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