Renovables Perú / Jallalla Pachamama
jueves, 6 de marzo de 2025
miércoles, 5 de marzo de 2025
El bosque pluvial del Gran Oso en Canadá | DW Documental
En el bosque pluvial del Gran Oso en Canadá, el bosque húmedo y el océano Pacífico convergen en perfecta simbiosis. Entre los abetos y las píceas sobresale una especie emblemática: el árbol de la vida gigante, hogar de innumerables formas de vida.
Este majestuoso gigante, que puede vivir hasta mil años, ocupa un lugar central en la mitología de los Nuxalk, un pueblo indígena que lo considera un vínculo espiritual con sus ancestros. Dentro del ecosistema, el árbol de la vida gigante juega un rol clave, albergando desde pequeños insectos hasta imponentes mamíferos. Su tronco hueco ofrece refugio y su denso follaje proporciona cobijo. Durante milenios, este árbol ha custodiado el bosque pluvial y las costas adyacentes.
Cada otoño, los salmones regresan desde el océano a los ríos donde nacieron, en el corazón del bosque del Gran Oso. Luchan contra la corriente para desovar, proporcionando alimento a los osos que se atiborran bajo la sombra de los árboles. Nada se desperdicia en este ecosistema: los carroñeros se ocupan de los restos y los nutrientes sobrantes enriquecen el suelo del bosque con nitrógeno y fósforo, promoviendo el crecimiento de los árboles y fortaleciendo este intrincado ecosistema.
Este majestuoso gigante, que puede vivir hasta mil años, ocupa un lugar central en la mitología de los Nuxalk, un pueblo indígena que lo considera un vínculo espiritual con sus ancestros. Dentro del ecosistema, el árbol de la vida gigante juega un rol clave, albergando desde pequeños insectos hasta imponentes mamíferos. Su tronco hueco ofrece refugio y su denso follaje proporciona cobijo. Durante milenios, este árbol ha custodiado el bosque pluvial y las costas adyacentes.
Cada otoño, los salmones regresan desde el océano a los ríos donde nacieron, en el corazón del bosque del Gran Oso. Luchan contra la corriente para desovar, proporcionando alimento a los osos que se atiborran bajo la sombra de los árboles. Nada se desperdicia en este ecosistema: los carroñeros se ocupan de los restos y los nutrientes sobrantes enriquecen el suelo del bosque con nitrógeno y fósforo, promoviendo el crecimiento de los árboles y fortaleciendo este intrincado ecosistema.
Bosque y océano coexisten en una estrecha relación simbiótica. Las lluvias arrastran nutrientes del suelo hacia los ríos, que los transportan al océano, beneficiando a especies como las ballenas jorobadas. Sin embargo, este equilibrio ancestral está amenazado por la explotación maderera, que pone en peligro este complejo ecosistema y su rica biodiversidad.
domingo, 2 de marzo de 2025
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