Con la actual crisis energética que asola
al mundo, se busca darle solución utilizando energía renovable para
evitar las consecuencias del cambio climático. En este contexto, China
coloca paneles solares ubicados en el Tíbet, pero la nieve está haciendo
algo extraño pero que ayuda. Veamos en que consiste todo esto.
Paneles solares en lo alto del Tíbet donde la nieve tiene un extraño comportamiento
Una compañía estatal perteneciente a China, China Huadian
Corporation, que se dedica al diseño, desarrollo y construcción de
sistemas de energía renovable ha puesto en marcha la segunda fase de su
planta solar ubicada en Shannan en el Tíbet, que tiene una altura de
5.228 m.s.n.m. por lo que es la instalación más alta del mundo.
Sin embargo, esto no es lo más sorprendente, sino el efecto que tiene la nieve
ya que posee un muy alto coeficiente de reflexión esto le permite
reflejar la radicación solar que le llega, sumándola a la captada
directamente por la superficie de los paneles solares incrementando así
su producción y rendimiento.
Características y cómo está conformada esta increíble instalación solar en el Tíbet
Este gran megaproyecto tiene 170.000 paneles solares que le dan una capacidad de generación de 150 MW de electricidad,
por lo que producirá unos 247 millones de kWh de potencia eléctrica al
año. Esta segunda fase tiene una superficie de 1,4 kilómetros cuadrados y
con ella se resuelve parte de la escasez de energía eléctrica.
Que de manera estacional afecta al Tíbet, especialmente en la época
de primavera e invierno. En esta instalación se utilizaron módulos
solares bifaciales de contacto pasivado de óxido de túnel clase n TOPCon
(que son superiores a los tipo N diseñados por China y que sorprendieron por su alta producción eléctrica individual).
Este tipo de placas solares tiene una eficiencia mucho mayor que las convencionales
y aprovechan la reflectividad de la nieve con el fin de elevar su
producción de energía. De hecho, de acuerdo con su fabricante Power
China, tienen una eficiencia que supera en 7,5 % a sus similares de
tecnología tradicionales.
Al ser bifaciales, no solo capturan la luz del sol que incide
directamente sobre su superficie, sino también hacen lo propio con la
que se refleja desde el suelo nevado, por lo que se incrementa la
generación de potencia eléctrica. El rendimiento general por las dos
caras aumenta en un estimado del 20 % gracias a esta ventaja.
Los paneles solares instalados están hechos para aguantar que la
nieve se acumule sobre ellos hasta una altura de 1,8 metros, bajas
temperaturas de hasta – 40 °C y velocidades de vientos de 36,9 metros
por segundo. Esto asegura una vida útil sobre los 25 a 30 años como una fuente de energía sostenible y duradera.
Su sistema de almacenamiento es de alta capacidad y eficiencia
El régimen de almacenamiento consiste en un sistema de baterías tipo
BESS con una capacidad de 20 MW / 80 MW de Sungrow con tecnología
llamada “células madre”. Esto permite que regule de manera ultrarrápida
el voltaje y la estabilización de la red ante desbalances. También tiene
gestión térmica con inteligencia artificial.
Asimismo, posee refrigeración líquida con un nivel muy alto de
seguridad y un buen factor de rendimiento de descarga. Posee una alta
capacidad de recuperación ante las descargas profundas y recarga
superrápida usando el 20 % de la potencia generada por los paneles
solares cuando estos operan a plena capacidad.
Concluyendo, China ha puesto en servicio un parque solar en el Tíbet compuesto por más de 170.000 paneles solares (similar a la montaña que cubrió
con estos elementos). Lo sorprendente es la contribución de la nieve en
la generación de energía reflejando los rayos solares hacia las placas
fotovoltaicas aumentando su producción.