martes, 22 de agosto de 2017

San Martin; Bosque de Protección Alto Mayo un Paraíso vivo HD

El Bosque de Protección Alto Mayo es una zona protegida ubicada en la cuenca alta del río Mayo en la provincia de Rioja y provincia de Moyobamba, departamento de San Martín en el Perú. Son selvas de montaña nubosas y lluviosas con gran biodiversidad.

El Bosque de Protección Alto Mayo es una zona protegida ubicada en la cuenca alta del río Mayo en la provincia de Rioja y provincia de Moyobamba, departamento de San Martín en el Perú. Son selvas de montaña nubosas y lluviosas con gran biodiversidad.

Las muestras representativas de los ecosistemas de las vertientes orientales de los Andes hacia la selva baja: el oso andino, el venado enano o sachacabra (Pudu mephistophiles), decenas de especies de tangaras, aves de altura, gramíneas, bromelias y centenares de orquídeas , entre ellas la más importante Phragmipedium peruvianum.

La actividad turística en el Alto Mayo es incipiente a pesar que ha mejorado en algo la oferta de servicios turísticos en las ciudades de Moyobamba (en mayor grado) y Rioja, las posibilidades con que cuenta el turista para el desarrollo de una actividad de proporciones significativas para la economía regional son aún escasas. Sin embargo, el bosque tiene mucho que ofrecer. Un breve recorrido por los alrededores del valle nos permite visitar algunos de sus muchos atractivos. Las cataratas de Paccha son, sin duda, uno de los más prometedores. Ubicadas a 31 kilómetros de Moyobamba, sobre la carretera que conduce a los caseríos de Jepelacio y Nuevo San Miguel, está formada por un conjunto de caídas de agua cristalina que resuenan entre la exuberante vegetación de una estrecha quebrada poblada de bosques nativos y helechos arbóreos.

Algo más cerca aún están las cataratas del Gera. Un impresionante salto de agua de más de 60 metros de caída que domina un amplio valle verde y silencioso. Pocos espectáculos se comparan a la vista de esta cascada luego de las lluvias., cuando su torrente se carga de aguas coloradas y truena con un ensordecedor rugido que se escucha desde varios kilómetros a la redonda. También están las cuevas, maravillas formadas por la erosión del agua sobre la dúctil roca calcárea que han permanecido ocultas durante siglos. Consideradas sagradas por los nativos awajún del valle, algunas se convirtieron en el hogar de bandadas de aves nocturnas (guácharos), mientras eran celosamente guardadas por la selva.

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