Un grupo de pequeños mineros artesanales tomó un buen día la decisión de
cambiar, de formalizarse y desde entonces el panorama para ellos solo
ha sido alentador. Exportan su oro responsable a Suiza, pueden pagarle
los estudios superiores a sus hijos, su hogar y alrededores ha mejorado y
en el camino han dejado de impactar el medio ambiente.
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